Más de 100 personas se concentran a las puertas del CETI en solidaridad por los hechos ocurridos en pasado 24 de junio en la valla fronteriza en los que murieron más de 30 migrantes en el lado marroquí de la frontera. Los manifestantes piden soluciones basadas en la paz, derechos humanos y el respeto.
Durante el acto, al que han asistido representantes de diversos colectivos de la ciudad así como ciudadanos anónimos y residentes del CETI, se ha leído un manifiesto en el que se ha puesto de manifiesto “la tragedia humana” en la que perdieron la vida 37 personas.
En el documento se pone de manifiesto que Melilla es “es una cárcel de alambre” y la valla “un muro de contención”. El texto, leído por María Jesús Ruiz, se resalta que comer cada día se ha convertido en un “privilegio”.
“Comer, dormir con tranquilidad, tener futuro; esos son los privilegios que demandan quienes están reclamando su derecho a tener una vida digna”, decía el documento.
Advierten que lo que ocurrió la semana pasada fue “un presagio de una guerra sin cuartel a menos que de una vez y de verdad se den soluciones basadas en la paz, el respeto y los derechos humanos”.
“Ya no se puede seguir haciendo oídos sordos o mirando para otro lado. Ya no nos queda otra que tratar de establecer el equilibrio del alimento, de la justicia, de la hermandad”, sentencia el manifiesto.
Varios residentes del CETI han contado su desagarradora experiencia. Seguidamente se ha guardado un minuto de silencio en memoria de los fallecidos y se ha plantado un olivo en señal de esperanza.
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