
Se cumple una semana del Plan de Ahorro Energético impulsado por el gobierno de España. Este se resume en mantener a 27 grados el aire acondicionado en los comercios y a 25 en la hostelería. También se aplicó la norma de apagar las luces de los escaparates y de los edificios públicos a partir de las diez de la noche.
Como propietario de la zapatería ‘Rual’ y presidente de la CEME, Enrique Alcoba afirma que se asumen estas medidas. Considera que es «un ahorro importante» mantener apagados los escaparates por la noche ya que Melilla no es una ciudad muy transitada, y no se podría comparar con el movimiento de otras ciudades más grandes. En cuanto al aire acondicionado, Alcoba «asume» esta medida aunque no cree que sea lo más conveniente.
Según el lugar y la carga de trabajo el límite del aire acondicionado a que no baje de 27 grados puede afectar en mayor o menor medida. No hay un total convencimiento que estas temperaturas sean las más cómodas, sobre todo para los trabajadores.
Según Francisco Álvarez, dueño de ‘La Librería’ afirma que cuando se está trabajando y moviéndose dentro del local se nota el calor: «A 27 grados puede que la temperatura sea alta, aunque la medida va para largo y espero que al salir del verano se pueda estar mejor». «No se ha mirado si es la temperatura ideal para que los clientes estén cómodos», ha añadido Alcoba.
Aun así, en el interior de algunas cafeterías se ve a varios clientes. Algunos de ellos no ven mal la medida de mantener la temperatura a 25 grados en la hostelería, y más si se trata de ahorrar energía. Un cliente de la cafetería ‘La Selecta’ cree que la temperatura «es correcta»: «Dependerá también del día, si hace más o menos calor, pero todo lo que sea ahorrar un poco no es malo».
Otro cliente, pero este de la cafetería Rossy, se encontraba este miércoles en la terraza de este local, pero no ve mal este límite en el aire acondicionado: «Yo no he visto ningún inconveniente, aunque no veo a todos respetar las normas. En las cafeterías por lo general sí lo hacen y veo que 25 grados está bien. Es la temperatura que yo pongo en casa».
Sin embargo, algunos trabajadores de la hostelería sí han visto que hay clientes que han dejado de ir por este límite en la temperatura mínima. Mohamed Amín trabaja en ‘La Selecta’ y ha visto este cambio: «Yo trabajo con calor y sudor, pero no solo estoy yo, sino que también hay clientes que venían por la mañana o mediodía se van».
Una de las claves para mantener una temperatura más o menos fresca es es la puerta mecánica. Mantiene el local cerrado y esto puede ayudar a contener el aire acondicionado. Francisco Álvarez, de ‘La Librería’, asegura que el aire «se para» cuando llega a 27 grados en su local, lo que quiere decir que la puerta «ayuda» a que se mantenga esa temperatura. «La puerta mecánica es lo que nos salva porque se cierra y se acumula el frío por así decirlo. Es mejor que tener una puerta abierta», ha afirmado el camarero de ‘La Selecta, Mohamed Amín.
Lo que es evidente es que hay personas con diferentes opiniones, no solo por la medida, sino también por el lugar donde se aplique al no ser todos los locales iguales. «Cada uno tendrá sus circunstancias y del sitio donde esté y de lo que requiera en ese momento», ha manifestado el cliente de ‘La Selecta’.
La conclusión que se ha sacado consultando a la ciudadanía es que estas normas se llegan a asumir independientemente de las opiniones y que por el bien general y el ahorro energético, no hay problema en acatar esta norma.
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