El sindicato UGT ha convocado movilizaciones por todo el territorio nacional el próximo 23 de marzo para exigir a la Unión Europea y al Gobierno de España que tomen medidas controlar los precios, especialmente los de la energía, que están propiciando un aumento de la inflación «que pone en riesgo la recuperación económica y social». Desde UGT Melilla se suman a estas marchas de este miércoles y convocan una concentración frente a Endesa a las 12 horas.
Asimismo, desde el sindicato abogan «por cambiar el sistema de fijación del precio de la energía para que represente su valor real; frenar la especulación de los precios de los productos básicos e invertir para reducir la dependencia energética externa».
UGT se ha referido también a la negociación con la patronal para renovar el Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva. Un acuerdo que «debe facilitar la aplicación de la reforma laboral en las empresas, y que debe asegurar un aumento adecuado de los salarios y la inclusión de cláusulas de garantía en todos los convenios, para preservar el trabajo estable».
El precio de la energía es una de las grandes preocupaciones de las familias y las empresas. Esto ya estaba ocurriendo en el segundo semestre del 2021, y la guerra de Rusia contra Ucrania ha agravado la situación. «Aunque España no dependa mucho del gas ni del petróleo ruso, las empresas energéticas se han servido de la coyuntura y su dominio en el mercado para seguir en una senda inflacionista que venía de antes. El problema del precio de la energía hunde sus raíces en el sistema de determinación de precios europeo y en la composición del mercado nacional de empresas energéticas», han manifestado desde UGT.
La bajada del IVA de la electricidad al 10%, que se aprobó en 2021, no ha generado una bajada en los precios de la factura de la luz. Desde UGT se muestran en desacuerdo ante esta medida: «Menos impuestos es, sencillamente, menos servicios sociales, menos sanidad, menos educación. Y este país, que acaba de pasar una pandemia, ya sabe en que se traducen para las personas estas políticas liberales».
EL sindicato ha argumentado que la solución a medio plazo es «democratizar el sector», alentar la competencia real, acabar con un oligopolio rampante, introducir empresas públicas correctamente gestionadas con elementos de referencia diferentes a los del mero beneficio de unos directivos cuyos salarios llegan al cielo y, también, modificar unos criterios de determinación del precio de la energía que actualmente no tienen sentido y que obstaculizan el tránsito a la sostenibilidad que pretendían impulsar.
Mientras tanto, UGT ha sostenido que se deben establecer medidas ra´pidas que bajen los precios de la energía a las familias y las empresas que ya no pueden producir con unos costes que las abocarían al cierre.
Esto, según el sindicato, pasaría por limitar los beneficios de las empresas energéticas junto al precio de la energía, así como la adopción de medidas sociales para personas y empresas más afectadas. UGT vería bien que este control de precios y beneficios fuera ahora sobre la energía, sin descartar otros bienes básicos como la alimentación, materias primas o los alquileres.
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