
El pasado 1 de septiembre, miembros de la Unidad Contra las Redes de Inmigración Ilegal y Falsedades Documentales (UCRIF) de la Jefatura Superior de Policía de Melilla, detuvieron a un conocido empresario transportista de esta ciudad por delitos de explotación laboral, lesiones, obstrucción a la justicia y contra los derechos de los ciudadanos extranjeros. Además, imputa a otro empresario del sector de la alimentación y limpieza, siendo la víctima un extutelado de nacionalidad marroquí, que se encontraba en extrema necesidad, tras cumplir los 18 años y estar en situación irregular.
La víctima trabajó primero para el empresario proveedor de productos de alimentación y limpieza, con un salario de 10 euros por semana, por jornadas de más de 10 horas al día, de lunes a sábado y algún domingo. Además, le permitían dormir en una vivienda sin condiciones de habitabilidad.
El extutelado aguantó más de medio año esta situación, momento en el que decide buscar otro empleo, siendo contactado por un transportista que hacía encargos para el mencionado empresario; sin embargo, las condiciones laborales en cuanto a sueldo y horario eran las mismas, solo que en ese momento se dedicaría a cargar y descargar mercancías.
A los dos meses, sufre un accidente laboral, que le supone la pérdida de un dedo de la mano. Tras este suceso y bajo presión del empresario para que cambie la historia de lo sucedido, accedió a cambio de una cantidad más alta de dinero. Días más tarde, el empresario creyendo que había sido denunciado, lo interceptó en la calle y lo amenazó
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