La melillense, Merche González, ha vuelto este domingo, 12 de febrero, a Melilla después de trabajar de voluntaria con la ONG Intervención, Ayuda y Emergencias en Turquía a raíz del fuerte terremoto de hace casi una semana. González ha comentado a los medios que «lo peor está por llegar», ya que el 90% de los lugares donde ha estado prestando servicio está destrozado y habría que comenzar de nuevo: «Los edificios están para demoler. Ahora empieza la desesperación».
Asimismo, la voluntaria ha enfatizado que lo que más necesita la población en estos momentos son sacos de dormir, cocinas y calefacción principalmente. «Lo que podemos solicitar es que entidades de Madrid hagan compras de los productos más necesarios para que los lleven directamente allí. No pedimos ni dinero, ni ropa, ni alimentos porque esos productos lo tienen en el país y son más baratos», así lo ha manifestado González, quien ha agregado que llegaban camiones con ropa, y gran cantidad de esta se quedaba tirada en el suelo, ya que la misma población turca se intercambiaban estos productos.
La voluntaria melillense ha apuntado que las personas afectadas han sido muy solidarias tanto entre ellas, como con los propios voluntarios que llegaban de varias regiones para ayudar a rescatar y a atender a los heridos: «No tienen nada y te lo dan todo. Estaban haciendo una sopa típica de allí, o kebabs y te lo daban. Nos traían agua, antes de quedársela ellos». González ha matizado que, a pesar de los momentos de incertidumbres, las personas entendían cómo se desarrollaba el trabajo de los voluntarios y de los perros de rescate: «No ha habido malestar con ellos. También nosotros trabajamos con un respeto tanto con la víctima que está sepultada como con los familiares».
El equipo de la ONG IAE ha contado con 10 voluntarios de Valencia, y uno de Galicia, además de Merche. Posteriormente, se unió más personal de bomberos: «Hemos trabajado conjuntamente todos los días». La melillense ha relatado que apenas ha habido descanso durante los días en los que ha estado en Turquía: «En la misma noche que llegamos solicitaron que fuéramos a una vivienda colapsada. Había un chico encerrado y que tenía una viga en la pierna».
Más tarde, González ha relatado que el equipo se trasladó a otra vivienda donde había una niña, pero no se localizó a la pequeña. «Hemos estado 72 horas sin dormir entre viajes y noches trabajando», ha comentado Merche, para añadir que en todo momento iban a los campamentos a buscar al voluntariado de emergencias para acudir a más lugares a prestar servicio. «Lo bueno es que estábamos frescos y con ganas de trabajar. También es la adrenalina que hay», ha apuntado.
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