El SIM denuncia acoso laboral a los vigilantes de seguridad de los centros de menores por parte de las empresas adjudicatarias de los servicios de acogida

El Sindicato Independiente de Melilla (SIM) comenta que ha recibido “numerosas quejas” por parte de muchos de los vigilantes de seguridad que realizan servicios en el Centro de Menores Infractores (CEMI) de Baluarte y del Centro de Menores No Acompañados de La Purísima.

La entidad explica que desde que se puso en conocimiento de las empresas adjudicatarias de estos centros que muchas de sus funciones no eran competencias suyas, los vigilantes se sienten “literalmente acosados por las direcciones de estas empresas”.

El Sindicato Independiente aclara que tanto Fundación Diagrama como Arquisocial son empresas contratadas por la Ciudad Autónoma al igual que lo es Sureste Seguridad. “Empresas contratadas por el mismo cliente, trabajando en un recinto común, pero con funciones diferentes, o dicho de otro modo, que Sureste Seguridad no puede entrar a dar órdenes al personal de Diagrama o Arquisocial y viceversa, apunta el SIM.

Según la organización, desde que los vigilantes han dejado de realizar funciones no acordes con la seguridad del recinto, estas empresas están tomando “ciertas decisiones con la intención de perjudicarlos, como, por ejemplo, la de vetar a los trabajadores de seguridad la utilización automática del portón impidiendo el acceso a la propia caseta, hasta ahora, de seguridad, o dar las llaves de la puerta de entrada por si se va la luz mientras sus trabajadores sí lo usan, creando así una situación de peligro muy grave en caso de que se corte el suministro de luz y tenga que acceder al recinto algún vehículo de urgencias”.

Añaden que otra de las medidas a la que están recurriendo las empresas es la de “dejarles entrever que van a solicitar que se reduzca el número de vigilantes, ya que si no se realizan esas labores no los necesitan, arrogándose la potestad de decidir sobre la seguridad del recinto o que se les va a retirar parte del mobiliario que utilizan, como taquillas o sillas. Actitud inadmisible con un fin que nada tiene que ver con la labor que deben hacer los directores de dichos centros”.

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