La Policía Local evitó que un joven se suicidara en su domicilio después de que un amigo suyo alertara de esas intenciones a través del 112 y por el que se activó el protocolo de emergencias. Esa última persona informó por teléfono desde Cataluña que su amigo, residente en Melilla, le manifestó que «no tenía ganas de vivir y que ya no quería estar en este mundo, por lo que tenía la intención de suicidarse”.
Después de esta explicación y, debido a que solo se les había facilitado el nombre completo del joven, hubo que hacer gestiones desde el 092 para localizar su domicilio. Una vez presentes allí, los agentes se encontraron con el padre, quien les comunicó que su hijo se estaba tomando un baño y que él y su pareja iban a dejar el domicilio en ese momento.
Los policías solicitaron la entrada a la casa al dudar del bienestar del joven y con el fin de comprobar su bienestar. Al entrar, la puerta del baño estaba cerrada y el chico no contestaba a la llamada de los agentes. Asimismo, se oía desde fuera que los grifos estaban abiertos, por lo que forzaron la puerta para entrar al baño.
Justo allí se encontraron al joven seminconsciente en la bañera y con dos cortes profundos en la muñeca izquierda. Inmediatamente, los agentes taponaron las heridas con una toalla y procuraron que el joven les hablase en todo momento mientras esperaban a la llegada de los servicios del 061. Una vez se personaron los servicios sanitarios de la ambulancia, se procedió a la estabilización del paciente y a su traslado hasta Urgencias del Hospital Comarcal y seguir con el protocolo establecido.
A última hora de la noche el estado del paciente ya era estable y no corría peligro su vida. En estos momentos se está a la espera de su valoración psiquiátrica, y de su permanencia en el centro hospitalario u otro dictamen médico.
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